Hoy ha comenzado la novena de Navidad. Dentro de nueve días será Navidad. Las tarjetas de Navidad ya están llegando poco a poco. Enviar tarjetas de Navidad es y sigue siendo algo complicado para mí.

Este mes ha sido una montaña rusa de sentimientos. El 11 de diciembre es el aniversario de la muerte de mi papá, ahora justo antes de la Navidad el ajetreo de preparar la Navidad con un montón de actividades. En la propia Navidad y hasta el Año Nuevo, la socialización con la familia.

La belleza de estas emociones es que Jesús nació por ti y por mí. Nació con sencillez en un pequeño y sucio establo, envuelto en paños. Sin luces LED, sin Wham! y sin una comida elaborada. No, era una estrella brillante, ángeles cantando y el pecho de María.

Cuando miro por las calles comerciales, las luces de Navidad están encendidas desde hace dos meses. Me molesta que esto sea un completo desperdicio de dinero y energía. Deberíamos ahorrar energía. Se puede ahorrar para la cartera, pero el medio ambiente es más importante para mí. En la Munsterplein, hay una pista de hielo en la que la gran pantalla LED se enciende temprano y está allí mientras no hay nadie. También la ruta mágica de Roermond, que permite utilizar energía extra con una varita mágica en varios lugares del centro de la ciudad. Esto es puramente para el comercio. El Ayuntamiento de Roermond ha hecho caso omiso de la petición de ahorro del Gobierno.

La Navidad anno 2022 no es una celebración del nacimiento de Cristo como nuestro Señor y Salvador, sino un período del año en el que se oscurece y se reúne para comer bien y se puede ir al gimnasio en enero para trabajar los kilos.

Sé que volar a Panamá tampoco es bueno para el medio ambiente, pero no hay alternativas. Y además, hace tres años que no veo a mi querida familia y amigos. Así puedo justificarme a mí mismo. Si hay mejores formas de volar, en lugar de hacer plantar árboles, entonces elegiré eso.

Este año ha sido un año lleno de acontecimientos. Después de la pandemia de COVID-19, ahora tenemos una guerra. Rezamos para que el Príncipe de la Paz transforme las armas en herramientas de jardín. Para mí, personalmente, creo que 2023 será el inicio de mi visita a Soná.

¿Quizás también interesante para ti?