Esta mañana hemos ido a comprar un sombrero. No funcionó y después de 10 cambios de arreglos, perdí la cuenta. Simplemente dejé que pasara. Después de todo, estoy en Panamá.

Al final nos dirigimos al río y allí me enriquezco con otra experiencia. Llegamos y, tras conquistar un lugar a la sombra, resultó ser inadecuado. Fuimos a la parte más alta. Fui a nadar hasta que me caí por la cascada. De nuevo, eso es algo diferente.

Luego fuimos a dar de comer a los peces. No eran pirañas que habían olido mi sangre, sino peces ordinarios a los que un trozo de patatas fritas no dejaba mucho.

Por la tarde fuimos a Santiago a por el sombrero. Primero fuimos al centro comercial, donde compramos zapatos de agua para mí porque llevar chanclas es bastante peligroso en el río. Comimos una buena pizza y estábamos a punto de comprar el sombrero cuando cayó un chaparrón. Después de esperar media hora a que se secara, volvimos a casa.

Por fin yo también he vivido el invierno. Aunque ahora es verano.

¿Quizás también interesante para ti?